Hace mucho tiempo cuando leí por primera vez un libro acerca de las leyes espirituales, hubo una en particular que me causó impresión, y era algo así, como la de dejar fluir, el libro planteaba que la naturaleza no necesita presión para ir actuando,es así como las flores abren sin esfuerzo, el río va por su cauce...yo pensaba en ese momento lo complicado que es eso de dejar fluir, y al transcurrir, de los años, fuí entendiendola más y más, y poniéndola en práctica. Es bastante sabia esa ley, pero así mismo puede ser difícil ponerla a funcionar en nuestra vida diaria.
En algunos momentos, la he podido aplicar, y en otros se me ha hecho casi imposible, sobre todo porque soy de las personas que quieren ponerle una solución rápida a las dificultades, y en muchos momentos me exijo mucho a mí misma, pero no es si no que logre tranquilizarme, y deje actuar esa ley, y la vida misma me va enseñando como todo se va encauzando.
Hay que confiar, hay que interiorizar que en la vida todo se va dando por una sabia razón, que la naturaleza siempre nos entrega lo mejor para nosotros mismos, hasta en los malos momentos todo es por una razón, y siempre todo sucede por una causa, y que si lo permitimos todo se va acomodando armónicamente.
