De los niños siempre hay algo que aprenderles, se me hacen innumerables las cualidades que poseen, y que desafortunadamente se van transformando con la llegada de la reconocida "adultez", una de las que más admiro en ellos es su capacidad de fantasear y de vivir por momentos en un mundo lleno de magia y de alegrías, ésta junto con su sinceridad para expresar sentimientos, pienso que son las más hermosas enseñanzas que ellos nos regalan con su presencia.
Por razones obvias como adultos nos toca enfrentarnos a la realidad porque si no fuera así seríamos los llamados adultos inmaduros que poco o ningún futuro poseen.
Ojalá tuviéramos la capacidad de hacer como una mezcla que nos favoreciera más la adultez , que pudiéramos soñar y a la vez vivir la realidad que por la fuerza nos toca vivir, que pudiéramos fantasear con lo que más nos gusta sin que nos tilden de inmaduros, que pudiéramos demostrar los sentimientos sin fingirlos sin que nos tachen de groseros o irrespetuosos.
Me llena de gozo ver por éstos días a muchos adultos disfrazándose, sintiéndose por momentos piratas, reinas, brujos o gladiadores, esa es la alegría de corazón y esa capacidad de fantasear es lo que hace que la vida misma tenga un mejor sentido.
