Cuando dejamos que el mundo hable, cuando somos capaces de dejarnos llevar por las percepciones, cuando disfrutamos de los pequeños detalles, vamos encontrando cosas tan maravillosas como los gestos de las personas, las palabras no dichas, los buenos sentimientos y por supuesto los no tan buenos.
Cada día puede ser una maravillosa experiencia, cada día puede ( si lo permitimos) ser una oportunidad más para aprender, para corregir, para encauzar o simplemente puede que sea una oportunidad para decirnos así mismos que todo a pesar de las circunstancias va con lo que nos acordamos así mismos.
Yo personalmente tengo días tranquilos, otros en los que me siento agotada, otros en los que me descorazono porque siento que no hago nada que valga la pena...Y aunque una parte de mi, me hace un resumen de todo lo que hice, yo decido no atenderle, porque a veces vale más dentro de sí el pesimismo o la desazón...Creo que es natural tener algunos días con ese sinsabor...lo que no estaría bien para mi misma es que sean muchos y que sean muy frecuentes...Si fuera de esa forma tengo la responsabilidad personal de buscar el origen y encontrarle una solución.
Todos sabemos que la vida es un paso fugaz y que por más que a veces la sintamos eterna, no es así, la vida es un regalo que así de fácil como llega así mismo se vá. No terminaría nunca de enumerar la cantidad de cosas externas e internas que podrían amargarnos la existencia, todos tenemos dificultades, penas, tristezas, pero seguro que también muchas alegrías que nos proporciona el respirar, observar, tocar, escuchar, saborear y hablar. A veces nos metemos tanto en los problemas que olvidamos todo lo maravilloso que tenemos...seguro que cada uno tiene un buen amigo o amiga, un familiar que le quiere o una mascota que le espera.
Dentro de todas esas cosas bonitas no puedo olvidar las personas que siempre están y las que van apareciendo a ayudarnos con una palabra, un gesto y hasta con un regaño. Porque no todo lo que nos digan nos va a gustar, seguro que habrán cosas que no nos agradan, pero que con el tiempo valoraremos y entenderemos que ha sido por nuestro bien.
