miércoles, 11 de mayo de 2011

Cosechas

En días pasados viendo una serie de televisión que me gusta mucho, porque me divierte montones y me hace reir bastante, una de las protagonistas le dice a su marido, "Jake mira que soy tu segunda esposa no me trates como si fuera la primera" puffff...que verdad!! Lo deja a uno pensando, y recordando que ese ha sido muchas veces un pensamiento propio. Algunos dirán que se aprende con los errores, pero supongo que uno no solo aprende con los propios errores, también se puede aprender con los errores que desde pequeños hemos tenido al alcance de la mano o de la vista si queremos ser más específicos.

Es bastante claro que todas las relaciones tienen dificultades y si se convive pues aumentan, pero también es cierto que se entra en cierto estado de comodidad que hasta podemos llegar  a creer que nuestra casa es como un hotel, en el que nos mantienen bien, nos dan de comer, nos cuidan la ropa, nos dan sexo cuando lo necesitamos y a cambio damos poco, es más hasta creemos que con ser amable de vez en cuando es suficiente, como si los demás miembros de nuestra familia no debieran sentir o necesitar nada diferente.

Todo ésto sin suponer siquiera que todas las personas tenemos un límite, algunas corto otras extenso que pareciera inacabable...Y mientras tanto nos vamos volviendo mal ejemplo para nuestros hijos, porque ellos pueden ir entendiendo que así se lleva una relación de pareja, entregando migajas, dando malas caras mostrando sufrimiento permanente. Más equivocados no podemos estar!! La pareja hay que cultivarla permanentemente, hay que entregar y aprender a recibir, jamás podemos perder en nuestra casa la alegría que es indispensable para el camino de la vida. Hace algún tiempo ponía en éste mismo blog la idea de que porque como tratamos a las visitas no tratamos a nuestros hijos, y creo que para lo de la pareja es válido. No creo que a las visitas les gritemos o aun peor las ignoremos durante semanas, entonces ya después de semanas, meses, años así, pretendemos que nos sigan tratando como los Reyes que nos merecemos lo más bonito y lo mejor. Creo que permanentemente debemos poner en práctica de que debemos sembrar para recoger y que  ante todo debemos ser agradecidos con todo lo que nos han dado, así ya no lo recibamos.