jueves, 21 de octubre de 2010

Desahogo

Que bueno se siente cuando uno se desahoga, pero que mal se siente cuando entendemos que no era lo que en realidad  queríamos decir; siempre se puede rectificar pero quedan cicatrices y por más que las tratemos de limar cicatrices son.
Lo rescatable es que las experiencias tienen la ventaja que pueden enseñar, siempre y cuando uno quiera que le enseñen.
No podemos olvidar que los aprendizajes de vida vienen de donde menos lo pensamos, pero que la clave es darnos cuenta, y sobre todo no enojarnos si nos las hacen ver.

Definitivamente hay días de mayores encrucijadas, y por fortuna hay días más tranquilos, sino enloqueceríamos...
Así que a disfrutar más de esos días tranquilos, que en muchas ocasiones son bastantes pero nos esforzamos en que sean pocos!