domingo, 28 de agosto de 2011

Arreglitos

Muy curioso como me sentí en días pasados cuando fuí a hacerme una limpieza facial iendo a un sitio de estética de los que tanto abundan en mi país.
Apenas uno entra se siente el ser más especial de mundo, lo cual hasta cierto punto es agradable, pero cuando no existe límite para la melosería empieza uno a sentirse incómodo. Porque cuando empiezan a decirme que el rostro es bonito..pero...si se le hiciera la limpieza con punta de diamante lo dejaría mejor..y que si pasara a consulta con La Doctora , ella podría aconsejarme que hacer con mis líneas de expresión y con mis párpados caídos. 

De paso, te van contando que existe una liposucción muy buena que no es "invasiva" y que da excelentes resultados, que existen unas cremas muy buenas(que ellos por supuesto venden) que me servirían para protegerme de los malignos rayos solares y que además me pondrían más lozana la piel.

En fin, toda esa especialidad que uno sentía al comienzo se va tiñendo de imperfecciones corporales con las que pareciera según ellos, que uno no puede subsistir. 
Supongo que ese es el negocio, que de esa manera atrapan a la gente haciéndola sentir seres feos e incompletos que a punta de hacerse retoques y tratamientos aumentan   su autoestima, autoestima que si uno no está atento destruyen con  asombrosa facilidad.